miércoles, 22 de febrero de 2012

Efemérides del 22 de febrero

Twitter se ha convertido en mi compañero en este último mes.Lo he descubierto tarde, lo reconozco, pero tengo que reconocer también que me gusta mucho la capacidad que tiene de informarme y sorprenderme a la vez. Hoy, rastreando las entradas, me he dado cuenta de que el día de hoy, 22 de febrero, se recuerda por ser el día en que murieron escritores famosos y reconocidos. Un 22 de febrero murió, por ejemplo, el escritor catalán Salvador Espriú o el novelista Sandor Marai. También fue el día en que dejó el mundo el escritor austríaco Stefan Zweig o el tan conocido por los estudiantes de lengua, Ferdinand de Saussure. Pero, sin duda, de todos los escritores fallecidos en este día, el más importante (al menos para mí) es Antonio Machado. Os dejo abajo un video y un poema, así como la invitación a que pinchéis en su nombre para que conozcáis su biografía y obra.




 Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla, 
y un huerto claro donde madura el limonero; 
mi juventud, veinte años en tierras de Castilla; 
mi historia, algunos casos que recordar no quiero. 

Ni un seductor Mañara, ni un Bradomín he sido 
?ya conocéis mi torpe aliño indumentario?, 
más recibí la flecha que me asignó Cupido, 
y amé cuanto ellas puedan tener de hospitalario. 

Hay en mis venas gotas de sangre jacobina, 
pero mi verso brota de manantial sereno; 
y, más que un hombre al uso que sabe su doctrina, 
soy, en el buen sentido de la palabra, bueno. 

Adoro la hermosura, y en la moderna estética 
corté las viejas rosas del huerto de Ronsard; 
mas no amo los afeites de la actual cosmética, 
ni soy un ave de esas del nuevo gay-trinar. 

Desdeño las romanzas de los tenores huecos 
y el coro de los grillos que cantan a la luna. 
A distinguir me paro las voces de los ecos, 
y escucho solamente, entre las voces, una. 

¿Soy clásico o romántico? No sé. Dejar quisiera 
mi verso, como deja el capitán su espada: 
famosa por la mano viril que la blandiera, 
no por el docto oficio del forjador preciada. 

Converso con el hombre que siempre va conmigo 
?quien habla solo espera hablar a Dios un día?; 
mi soliloquio es plática con ese buen amigo 
que me enseñó el secreto de la filantropía. 

Y al cabo, nada os debo; debéisme cuanto he escrito. 
A mi trabajo acudo, con mi dinero pago 
el traje que me cubre y la mansión que habito, 
el pan que me alimenta y el lecho en donde yago. 

Y cuando llegue el día del último vïaje, 
y esté al partir la nave que nunca ha de tornar, 
me encontraréis a bordo ligero de equipaje, 
casi desnudo, como los hijos de la mar.


Por último, visitad esta dirección.Es el recitado del poema " Recuerdo infantil" por uno de los grandes actores de este país,Fernando Fernán Gómez

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